lunes, 7 de noviembre de 2011

El Barco.

Nadie se despierta por la mañana queriendo a alguien y deja de quererle a la hora de la siesta, estuve allí abajo dieciocho minutos, solo dieciocho. Nadie deja de querer a alguien en dieciocho minutos, me da igual lo que me digas, yo sé que me sigues queriendo.

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