domingo, 25 de diciembre de 2011

Haz que cada momento cuente.


Algunas veces te pasan cosas que parecen horribles, dolorosas e injustas. Pero en realización entiendes que sin que superes estas cosas, nunca hubieras afianzado tu potencial , tu fuerza, o el poder de tu corazón. Todo pasa por una razón en la vida. Nada sucede por casualidad o por la suerte. La gente que conoces afecta tu vida, las caídas y los triunfos que tu experimentas crean la persona que eres. Aún se puede aprender de las malas experiencias. Es más, quizás sean las más significativas en nuestras vidas. Si alguien te hiere, te traiciona o rompe tu corazón, le das gracias porque te ha enseñado la importancia de perdonar, de la confianza y a tener más cuidado de a quién le abres tu corazón. Si alguien te ama, ámalo tú a él. No porque él te ama, sino porque te ha enseñado a amar y a abrir tu corazón y tus ojos a las cosas pequeñas de la vida. Haz que cada día cuente, y aprecia cada momento, además de aprender de todo lo que puedas aprender, porque quizás mas adelante no tengas la oportunidad de aprender lo que tienes que aprender de este momento. Entabla una conversación con gente que no hayas dialogado nunca. Y actualmente escúchalos y presta atención. Permítete enamorarte, liberarte y poner tu vista en un lugar bien alto. Mantén tu cabeza en alto porque tienes todo el derecho a hacerlo. Repítete a ti mismo que eres un individuo magnífico y créelo. Sino crees en tí mismo, nadie más lo hará tampoco. Crea tu propia vida, encúentrala, y luego, vívela.

No hay comentarios: